Otros dos muertos en el fútbol.
Mas allá que se diga que, no fue dentro del estadio, que el asesino tenía la camiseta de uno u otro equipo, que fue un “hecho policial común” (como si hubiera hechos policiales especiales..), etc. No hay modo de quitar la muerte del hincha de Velez, Emanuel Alvarez de la luctuosa lista de asesinatos producidos por la violencia y locura que rodea a las hinchadas de fútbol.
Ese mismo fin de semana una adolescente de 17 años, murió al recibir un tiro en la cabeza al quedar en medio de una reyerta entre bandas rivales salteñas. Este hecho, tan grave como el anterior, tuvo menos ruido pues, como siempre sucede en nuestro país suenan mas fuerte los hechos sucedidos en Buenos Aires, sin embargo, la gravedad y la impotencia que genera, es la misma.
¿Hay solución a esta cadena de acontecimientos que, cíclicamente nos atacan?, ¿Debemos seguir pensando, “hasta el próximo”?.
Como hemos dicho infinidad de veces en estas páginas, no vemos la solución pues, la misma debería partir de una verdadera voluntad política de quienes gobiernan la cual cada vez la vemos mas alejada y distante.
Los hechos siguieron, incidentes en canchas de la C, apretadas al plantel de Colón e incluso, en nuestro propio club hubo rumores no confirmados sobre algunos incidentes que se produjeron tras la derrota frente a Central Córdoba. Hechos, repetimos, ni confirmados, ni tampoco desmentidos.
No es la primera vez que esto sucede, y es triste decirlo, tampoco esperamos que sea la última.
Repetimos lo dicho, también ya muchas veces, Este medio está contra toda forma de violencia. La fuerza es la razón de las bestias, y aspiramos a vivir en una sociedad donde las diferencias se diriman de otra manera y quienes no lo entiendan de esta manera, vayan presos.
Pero volvamos a lo anterior,
¿Existe voluntad política de solucionar este tema?
¿Hemos visto en los últimos días, en los últimos meses, o en los últimos años, algún hecho o señal concreta de este gobierno, o los anteriores, para terminar con quienes impulsan, organizan o ejecutan estos hechos?. Definitivamente no.
Si hemos visto a violentos hasta la médula, compartiendo palcos, abrazos y sonrisas con los políticos que debieran combatirlos.
Si quienes legislan, ordenan y dirigen dan ese tipo de señales a la sociedad, no hay modo posible de tener una mínima luz de esperanza. No hay ejemplo, ni escarmiento, ni mucho menos voluntad.
Ni en Argentina, ni en Buenos Aires, y tampoco a la vuelta de la esquina.
viernes, marzo 21, 2008
miércoles, marzo 12, 2008
Chau Petiso
Se murió Jorge Guinzburg, leimos hoy.
Y no lo puedo negar, si bien no lo conocía más que a través de los medios, sentí como si se hubiera ido un amigo, un tipo de mi entorno, alguien entrañable.
Recuerdo cuando a mediados de los 70’, medio a escondidas leía Satiricón y en ella, dos bigotudos con cara de delincuentes, escribían notas irreverentes sobre cualquier cosa, actualidad, costumbres de la gente, televisión etc. Abrevaya – Guinzburg firmaban, y ponían las fotitos sin saber realmente quien era quien.
A principios de los ’80, empezaron con un programa radial en Belgrano que se llamaba “En Ayunas” en el estilo, a veces criticado, de tomarse casi todo para la joda. Pero, al igual que muchos otros grandes, la joda de estos dos, tenía un fondo de crítica social, y mucha miga. Había que saber escuchar entre líneas, para entender a donde iban.
De la radio saltaron a la TV, y si se quiere al reconocimiento masivo. “La Noticia Rebelde” se llamaba ese programa donde se sumaron a Becerra, Castello, y luego Nicolas Repetto. Era una estudiantina, con la cual todos nos sentíamos identificados. Los reportajes del Petiso Guinzburg eran desopilantes y la esperada preguntita “para romper el hielo”, mundial.
Después ya es todo mas conocido, Peor es nada, La Biblia y el Calefón, Mañanas Informales etc. En el ’94 se le fue el socio y amigo cuando falleció Carlos Abrevaya.
Fana del fútbol y de Velez, supo también acercarse a las causas populares, sin pose intelectual, ni mucho menos superada.
Debo decir que hoy siento algo muy parecido a cuando el año pasado nos desayunamos con la muerte del “Negro” Fontanarrosa. Si bien los méritos artísticos, evidentemente, no fueron los mismos, también es evidente que al igual que el Gran Rosarino, el Petiso con su arte de gran conductor, periodista y cómico, nos daba cosas y por ende lamentamos mucho su prematura muerte.
Con el “Negro” compartían las tiras de la página de atrás del Clarín, en la recordada “Diógenes y el Linyera”, que el Petiso hacía junto a Abrevaya y el dibujante Tabaré.
Se que no tiene nada que ver con el Celeste, ni con ninguno de los temas que a este sitio nos convoca, pero, también se que la gran mayoría de Uds. hoy se siente como yo.
Y no lo puedo negar, si bien no lo conocía más que a través de los medios, sentí como si se hubiera ido un amigo, un tipo de mi entorno, alguien entrañable.
Recuerdo cuando a mediados de los 70’, medio a escondidas leía Satiricón y en ella, dos bigotudos con cara de delincuentes, escribían notas irreverentes sobre cualquier cosa, actualidad, costumbres de la gente, televisión etc. Abrevaya – Guinzburg firmaban, y ponían las fotitos sin saber realmente quien era quien.
A principios de los ’80, empezaron con un programa radial en Belgrano que se llamaba “En Ayunas” en el estilo, a veces criticado, de tomarse casi todo para la joda. Pero, al igual que muchos otros grandes, la joda de estos dos, tenía un fondo de crítica social, y mucha miga. Había que saber escuchar entre líneas, para entender a donde iban.
De la radio saltaron a la TV, y si se quiere al reconocimiento masivo. “La Noticia Rebelde” se llamaba ese programa donde se sumaron a Becerra, Castello, y luego Nicolas Repetto. Era una estudiantina, con la cual todos nos sentíamos identificados. Los reportajes del Petiso Guinzburg eran desopilantes y la esperada preguntita “para romper el hielo”, mundial.
Después ya es todo mas conocido, Peor es nada, La Biblia y el Calefón, Mañanas Informales etc. En el ’94 se le fue el socio y amigo cuando falleció Carlos Abrevaya.
Fana del fútbol y de Velez, supo también acercarse a las causas populares, sin pose intelectual, ni mucho menos superada.
Debo decir que hoy siento algo muy parecido a cuando el año pasado nos desayunamos con la muerte del “Negro” Fontanarrosa. Si bien los méritos artísticos, evidentemente, no fueron los mismos, también es evidente que al igual que el Gran Rosarino, el Petiso con su arte de gran conductor, periodista y cómico, nos daba cosas y por ende lamentamos mucho su prematura muerte.
Con el “Negro” compartían las tiras de la página de atrás del Clarín, en la recordada “Diógenes y el Linyera”, que el Petiso hacía junto a Abrevaya y el dibujante Tabaré.
Se que no tiene nada que ver con el Celeste, ni con ninguno de los temas que a este sitio nos convoca, pero, también se que la gran mayoría de Uds. hoy se siente como yo.
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